TRADUCCIÓN:
Cerdeña, una isla maravillosa, que desde siempre ha sido el objetivo de muchas dominaciones extranjeras, desde los cartagineses, los romanos, los vándalos y los sarracenos, pasando por las Repúblicas Marineras de Pisa y Génova y más adelante a la conquista aragonesa y española para llegar finalmente a los Saboya, dominio que duró hasta el 1861, cuando se unificó el Reino de Italia.
Dominaciones estas que en lugar de aportar progreso a la situación económica y social de la isla, desgraciadamente hicieron todo lo contrario.
Los habitantes de Cerdeña, los "sardos" celosos y orgullosos de su independencia se refugiaron en las montañas para escapar de los invasores, cuenta Antonio Pigliaru, autor del libro La vendetta barbaricina come ordinamento giuridico (La venganza barbaricina como sistema legal) que "desde las montañas descendían al valle solo para abastecerse a la vista de los largos y fríos inviernos y para realizar "razzie" (redadas)" las famosas "bardane" y robos, llamados "abigeati"dirigidas hacia aquellos que le habían quitado sus tierras ocupándolas ilegítimamente".
Cuando se habla de "bandiditsmo" en la isla se suele hablar especialmente de una zona, una zona que se llama Barbagia.
Una zona accidentada y montañosa, caracterizada por un paisaje salvaje impenetrable e inaccesible. Debe su nombre a los romanos, Barbagia deriva del latín "barbaria", el termino "barbus" indicaba aquellos que no hablaban dialectos latinos, la Barbagia era un área difícil de caer en manos del invasor de hecho se latinizó tarde con respecto al resto de la isla.
En esta zona encontramos las raíces del banditismo, en una sociedad, la "barbaricina", ordenada por sus propias leyes, ordenada por un código no escrito, el "codice barbaricino" (codigo barbaricino).
Esta zona fue llamada por Alfredo Nicefaro, criminólogo y antropólogo italiano de la escuela de Lombroso, "La zona delinquente", esta área incluía las regiones pastorales internas y en particular, el "nuorese" y la "alta Ogliastra", incluyendo también la región incluyda entre Villacidro e Iglesias que aunque estuviese lejos geograficamente de las primeras zonas fue considerada por el criminologo similar por características psicológicas y ambientales a la gran zona del nuorese, como si fuese un fragmento de la misma.
Esta denominada "Zona Delinquente", era una región patógena, caracterizada por formas criminales y atavicas, un área poblada por individuos geneticamente y por naturaleza destinados al crimen, afectados por el virus de la violencia.
La cultura barbaricina era para Nicefaro una cultura criminal.
Los pastores que vivian en esta zona delincuente, actuaban con un espiritu de venganza hereditaria y el desarrollo del sentido moral de la zona delincuente se había detenido. Era una población salvaje y rebelde que como los tártaros, los chiítas, los mongolos y los beduinos eran "programados" para la guerra, el asalto, el hurto y el robo de los rebaños.
Pero un día estos bandidos dejaron de robar rebaños y empezaron a secuestrar personas.
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